‘‘Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó’’. (Romanos 8:37)
Que hayas fracasado no significa que seas un fracasado. Si lo intentas una y otra vez sin desmayar llegará el momento en que conseguirás lo que quieres.
Las personas exitosas se caracterizan porque no descansan en su intento por conseguir lo que anhelan y su trayectoria en muchos casos está marcada por el fracaso:
- Las dos primeras empresas automovilísticas de Ford fracasaron.
- Cuando Einstein era joven sus maestros pensaban que tenía alguna deficiencia mental. Sus calificaciones en el colegio eran tan bajas que un maestro le instó a que abandonara los estudios porque ‘‘¡nunca llegaría a nada!”. Además, no empezó a hablar hasta los 4 años de edad.
- Disney empezó su propio negocio desde el garaje de su casa, y su primera producción de dibujos animados fue un fallo memorable. Durante su primera rueda de prensa un periodista le ridiculizó “porque no tenía buenas ideas en la producción cinematográfica”.
- Antes de unirse a la NBA Michael Jordan fue apartado del equipo de baloncesto de la escuela debido a su “falta de habilidad”.
- Antes de crear la primera bombilla de luz eléctrica, Tomas Alba Edison realizó más de 9,000 intentos.
Para estos exitosos hombres, el fracaso se convirtió en un trampolín al éxito. Si quieres ser grande, si deseas llegar a la cima del éxito, si tienes sueños y proyectos que parecen imposibles; no los abandones, inténtalo una y otra vez hasta alcanzar eso que deseas. Lucha contra la crítica y el desaliento, contra el ‘‘no podrás alcanzarlo’’. Vence tus temores y lánzate en el nombre de Jesús.
Y nunca olvides que Jesucristo pagó por el precio de tu victoria; triunfo constó su sangre, y si le aceptas hallarás la clave creerte vencedor.
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