viernes, 22 de junio de 2012

Lo que se consigue mordiendo una oreja

Puñetazo a la derecha; salto; gancho con la izquierda, esquiva. Los frenéticos espectadores gritaban. Era el boxeador más joven de la historia en conseguir un título mundial de los pesos pesados. Sudaba copiosamente, parecía un animal de carga.

Era el octavo round cuando abrazó a su contrincante e inesperadamente, le mordió la oreja durante una pelea en Las Vegas en 1997.

El boxeador estadounidense Michael Gerard Tyson, mejor conocido como Mike Tyson, ganó dos veces el título mundial de los pesos pesados en la década de los 80's con tan sólo 20 años.

Según el periódico español El Mundo, lo que le llevó a cometer semejante agresión fueron las drogas. El ex boxeador declaró que solo pensaba en las drogas y que se creía todo un dios. “Está mal lo que le hice, muy mal. Me volví como loco”, reconoció Tyson, quien vive atormentado por los recuerdos.

“Mi vida entera ha sido una mentira. Me siento incómodo cuando la gente me adora y me quiere. Me siento sucio”, confesó el ex boxeador.

El afamado y polémico Tayson, tuvo una carrera llena de victorias: fue dos veces campeón mundial de los pesos pesados, ganó 50 peleas de las 58 en las que participó y recibió más de 300 millones de dólares como recompensa. Pero este hombre que con sus puños y su boca controlaba a sus oponentes; no era capaz de dominarse a sí mismo.

¡Cuán importante es saber controlarse! Y el sabio Salomón lo dice clarito: “Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse” (Proverbios 25:28).