miércoles, 11 de diciembre de 2019

La era del selfie y la posverdad

Con cada avance tecnológico, nuestro mundo en vez de avanzar pareciera retroceder.

Vivimos en una sociedad snap donde todo es trivial, pasajero y momentáneo. 

Nos encontramos  en la era de la posverdad y las fake news donde muchos dicen estar informados, cuando en realidad están mal informados. En la época donde nos enteramos al instante de lo que ocurre del otro lado del mundo pero cada vez sabemos menos de nuestro vecino. 


En una sociedad donde quienes más dinero ganan son los artistas y los deportistas, no los médicos, bomberos ni maestros; los héroes son figuras del entretenimiento y la farándula. 

Época de las redes sociales y la conectividad  pero cada vez tenemos menos amigos íntimos. Era del hedonismo y narcisismo manifestado a través del selfie.
En una sociedad que hace culto al ego. Donde lo que no se publica no existe. El Homo Sapiens  se ha convertido en Homo Videns, producto de una sociedad teledirigida.


Vivimos en una época de liquidez en los valores, donde la mayor aspiración de un estudiante es aprobar la asignatura y muchos presumen conseguir dinero fácilmente. Una sociedad donde el invitado es quien paga, que vende la idea de bajar de peso sin esfuerzo. Donde viajar, tener ropa nueva, muchos seguidores en las redes sociales y fotos atractivas es sinónimo de éxito; donde todos somos celebridad en las redes sociales. Una era donde está prohibido que los niños tengan cuentas en las redes sociales pero sus padres le crean un perfil como si fueran celebridades. 


Sociedad que ha confundido el nombre con el título, que no sabe la diferencia entre ser y tener y no logra entender que los objetos son para poseerlos y las personas para amarlas.
Una sociedad que se deja dominar por las posesiones, donde la gente se mercadea, como si fuese un producto y se preocupa  más por el qué dirán que por quién es.

En nuestra era muchos son espirituales pero pocos están comprometidos a vivir conforme a lo que creen. Donde predicamos más de nosotros que de Cristo.

Donde la aceptación se traduce en retuit, like y repostVivimos en la era donde verse bien es más importante que tener salud y muchos cuidan su alimentación por moda más que por conciencia. Y quienes protegen al planeta respetan más a la naturaleza que a la humanidad que lo habita.


Una sociedad que ha confundido el sexo con amor y el deseo con el compromiso. Donde la música cuenta la realidad social transmitiendo mensajes de violencia, libertinaje y drogas. Una sociedad donde se predica tolerancia pero reina la violencia y quienes exigen respeto quieren que acepten sus ideas a como dé lugar, sin respetar la libertad que tienen los demás de estar en desacuerdo.

Sociedad donde se invierte más dinero y tiempo elaborando una fiesta de bodas que preparándose para el matrimonio. Donde se presume la idiotez.


Vivimos en una época donde la felicidad es directamente proporcional al filtro de la fotografía, donde la búsqueda del bienestar se ha visto opacada por las apariencias. Donde tenemos a una persona en nuestras redes como “amigo”, pero ni siquiera nos atrevemos a saludarle cara a cara.

Y mi octogenaria abuela dice que todo irá de mal en peor. Pero me consuelo al saber que  quienes aceptaron a Jesucristo en su vida “no se conforman a este mundo, sino que son transformados por medio de la renovación de su entendimiento”. (Romanos 12:2)