miércoles, 22 de abril de 2015

Miedo a la mujer poderosa



La pregunta más odiosa de la que siempre intento librarme: ­Pero si eres linda, talentosa, simpática e inteligente, ¿por qué estás soltera? Entonces comienzo a pensar en la cantidad de temas interesantes que puedo conversar y nunca logro explicar cómo mi interlocutor llega tan fácilmente a ese tópico.

Después de leer tantos artículos que intentan explicar porqué a las mujeres inteligentes, bonitas y exitosas les cuesta tanto conseguir pareja; decidí preguntar a mis amigos solteros qué pasa por la cabeza de un hombre cuando está frente a una mujer así. 


''Pronto me voy a casar con una así :).'' Aníbal, 26 años.

''Me parece una mujer perfecta para tener una relación. Aunque me preguntaría qué tanto desempeño tendrá esa clase de una mujer en el hogar. No digo que una mujer preparada no sepa lavar o cocinar, pero al pasar la mayor cantidad de su tiempo en el trabajo puede que descuide los asuntos de la casa. Aunque hay mujeres exitosas que son excelentes amas de casa, o sea que pueden darse los dos casos.'' Will, 18 años.

''Que es la mujer ideal para formar una familia.'' Josh, 20 años.

''Una vez, una gran mujer me dijo: 'Las mujeres poderosas son más sencillas de lo que realmente se capta de ellas'. Sin embargo, si ha de pasar algo por mi cabeza sería un poquito de miedo porque ¿qué le puede faltar a una mujer así que  yo pueda suplirle?'' Michael,  22 años.

''Es igual de posible que cualquier otra.'' Oliver, 25 años.

''Los hombres poco seguros de sí y con baja estima regularmente le huyen a esas mujeres.'' Alexander, 26 años.

''Ella es ideal para formar un hogar y es lo más cercano a la perfección en esta tierra. Sin duda lucharía por una mujer así.'' Mer, 25 años.

''Yo la veo como una mujer exitosa en todos los sentidos. Y siento admiración, no miedo.'' Daniel, 24 años.

''Mayormente los hombres que le caen atrás no valen la pena o solamente están interesados en lo que pueden conseguir con ella.'' César, 29 años.

''¿Por qué temer a una mujer que es capaz y exitosa, que le gusta hacer bien las cosas y no se deja doblegar por nada? Simplemente la veo como una persona completa en sí misma. Quien no necesita, no amerita o no exige de alguien más que venga a completarla porque básicamente una mujer así tiene bien definida quién es. Y ha llegado donde está porque sabe lo que quiere, lo persigue y lucha por ello. Los hombres que no valoran dichas cualidades, no saben lo que quieren o no saben que andan buscando. Son hombres inseguros y que necesitan de una mujer con la que puedan sentirse superiores y mantener su equilibrio emocional.'' Jesús, 24 años.

''Una mujer con esas cualidades es sumamente atractiva, siendo independiente emocionalmente deja saber que no es insegura y sabe quién ella es. Una mujer que de la iniciativa muestra nuevamente que sabe lo que quiere, algunos hombres no le gusta eso.'' Carlos, 27 años.

''Creo que han invertido bien su tiempo y que son dignas de admiración y reconocimiento. El único problema de eso sería hasta qué nivel el logro de esas cosas les haría menospreciar su relación por el hecho de haber alcanzado mucho.'' Ney, 26 años.

''No creo temerle a ninguna mujer todavía, y me alegra saber de mujeres que reúnen esas características.'' Ignacio, 22 años.

''Ojalá yo con una mujer que mi única preocupación sea hacerla sentir amada 24/7.'' Alejandro, 25 años.

Es absurdo temer a una mujer por sus habilidades cognitivas, por su posición en el trabajo y su condición  emocional. Muchos hombres saben que una mujer así no se la puede embullar con cualquier cosa, pues tiene sus ideales y metas claras. Es una mujer que tienes que convencerla, no le impongas nada, ella es libre.

Para que esto suceda un hombre no necesita dinero para comprarla; lo que necesita aprender a negociar para no imponer sus ideas sin antes escuchar, llegar a un acuerdo, convencer y dejarse convencer sin sentir que ha perdido poder.  

jueves, 12 de febrero de 2015

A mí que me enamoren con flores

No suelo publicar mis intimidades porque considero que en un mundo donde se han cualquierizado los secretos; mientras más los conservamos mayor valor adquieren.

Pero este es mi diario y hoy quiero contar una intimidad que merece se revelada.


A mí que me enamoren con flores. Sí, sí.

La vida moderna con su rapidez nos ha hecho perder bellas costumbres, aún en el cortejo. A mi madre le dedicaron serenatas, a mi abuela le regalaron flores. ¿Y a mí? ¡Bien gracias! (Y no es que carezca de enamorados, qué conste).


Me pregunto dónde están esos hombres que regalan flores y dedican canciones o poemas. En gran medida, el cambio en la forma del galanteo se debe al feminismo, la búsqueda de la igualdad de género. Batalla a la que yo me he sumado activamente. Pero tengo que admitir que extraño la inocencia del cortejo a la antigua.

Seguramente algunos tacaños me llamarán "chapiadora", que es el término que se usa en mi país para designar a las mujeres que sacan ventajas económicas en las relaciones. Otros me tildarán de ilusa, algunos me diagnosticarán con el "síndrome de princesa" y habrá quienes me acusen de niña caprichosa que intenta dañar al medio ambiente... Yo insisto en que me conquisten con flores.

No hay contradicción en luchar por el respeto y la igualdad de oportunidades entre ambos sexos y desear un cortejo romántico. No vayan a creer que quiero igualdad solo para mi conveniencia: no me molesta pagar la cuenta (ya lo he hecho), t
ampoco pretendo conseguir a alguien que me mantenga y se haga responsable de mis gastos, pues para eso trabajo y exijo ganar tanto como un hombre con la misma experiencia, capacidades y preparación que yo. 

Ya los chicos no regalan flores, no dedican poemas ni canciones, pocos abren la puerta y casi ninguno se atreve a halar la silla, dar el paso a la dama o caminar a la derecha de la acera para protegerla. Me gustaría pensar que del otro lado del mundo las cosas no son así.

En fin, cortejar solo para conquistar, sin el ánimo de sacar ventaja, solo una sonrisa. Y ahora recuerdo el comentario de un amigo español que hablando de este mismo tema me respondió con mucho énfasis: "Es que vosotras las latinas sois muy raras. Estáis esperando que cualquiera les regale flores. Si nosotros solo hacemos esas cosas con nuestra pareja. No invertimos dinero en alguien con quien no tengamos una relación". ¿Tiene lógica verdad?

Pero quién a dicho que comprar flores es una inversión. De hecho, yo no soy un negocio para que inviertan en mí. Ahora, tampoco me van a comprar con ramo de flores, no vayan a pensar que con un gesto como este se consigue el amor de una dama. De ninguna manera, pero hace que las cosas fluyan con un agradable aroma.

Es verdad que las flores no se comen, bueno, aunque probé unos dulces turcos hechos de pétalos de rosas deliciosos. Pero, a qué mujer no le alegran la mañana con un ramito bien arregladito. Claro que en este mundo hay excepciones, yo no estoy en ese grupo. A mí que me enamoren con flores. Espero las mías el 14 de febrero ;)

lunes, 26 de enero de 2015

25 lecciones que he aprendido en mis 25 años

En tan solo pocos días tendré un cuarto de siglo. Me he puesto a reflexionar y he llegado a la conclusión de tengo la mejor vida que podía elegir. En mi cuarto de siglo he logrado muchas de mis grandes metas, he conocido personas excepcionales que me han marcado, he vivido intensamente y claro, he cometido grandes errores. Agradezco a Dios porque hoy soy la mujer que soñaba ser cuando me tumbaba en mi cama y fantaseaba sobre cómo sería en el futuro cuando apenas tenía cinco años de edad.

Para celebrar en grande mi primer cuarto de vida quisiera plasmar en mi diario 25 lecciones que he aprendido en estos 25 años:

1. La vida sin Dios carece de sentido. Dios es el centro del universo, nos ha creado por un motivo y hasta que no lo descubramos, nuestra vida, experiencias, logros y calamidades no tendrán ningún significado. Todo comienza y termina con Dios y vivir para él es el propósito más noble al que podamos dedicarnos. 

2. Mi familia es mi pedacito de paraíso en la tierra. No es perfecta, a veces me hace enfadar, pero, sin dudas, son los seres más geniales que Dios escogió para acompañarme en este viaje. Mis padres me han dado un gran legado; por eso he aprendido a respetar sus opiniones, a escuchar y buscar sus consejos incluso en materia de moda. Sus experiencias y lecciones son el mejor libro que me ha tocado leer. Mis hermanos con sus defectos y virtudes han fortalecido mi espíritu y han inspirado mi vida. 

3. Aprender a escoger a mis amigos con sabiduría y entender que no es posible conservarlos a todos. Desde el día en que nací hasta ahora he conocido a muchas personas; algunas de ellas permanecen conmigo en las buenas y en las malas, mientras que otras sólo aparecen cuando necesitan mi ayuda. Algunos permanecen conmigo mucho tiempo, otros son pasajeros. Esos que están a mi lado a pesar de mis días de ogro, los amo con todo mi corazón. 

4. Aceptar que no puedo agradar a todos. Por eso desde hace poco he decidido ser feliz sin dañar a nadie y sin intentar ganar su aprobación. Y ha sido una de las lecciones más costosas por aprender; ya que muchas veces me siento tentada a hacer cosas para recibir el amor de alguien. Sin embargo, procuro cada día ser yo misma, recordando el consejo de mi abuelita: “Nadie es una monedita de oro para agradar a todos”. 

5. He aprendido la importancia de decir ''no''. Sobre todo cuando sé que no podré cumplir con aquello en lo que me quieren involucrar. Saber decir que no a tiempo me ha permitido vivir en paz. 

6. He aprendido que tanto la belleza, el éxito como la felicidad son relativas. Por eso no me dejo engañar de la publicad barata que me incita a comprar esto o aquello o verme de tal o cual forma. 

7. He entendido que siempre habrá gente más inteligente que yo, más hermosa que yo, más exitosa que yo, más simpática que yo, más talentosa que yo, pero lo que yo hago jamás podrá reproducirse. 

8. La tolerancia y el respeto son la base de las relaciones sanas. Por eso hay que disfrutar la diversidad, celebrar las diferencias y aceptar las discrepancias. 

9. He aprendido a controlar e insistir menos y aceptar más. 

10. El dinero puede ser un problema importante si no se maneja de la forma apropiada. No compra la felicidad, la salud ni el amor. Pero si no sabemos administro apropiadamente no podremos disfrutar de esas bendiciones. 

11. Todos somos genios en algo. La gran mayoría no ha descubierto en qué. 

12. La gente siempre tendrá una opinión de lo que hago y de cómo debo vivir. Por eso he elegido mi guía práctica de consejos y mi norma de vida: la Biblia. Porque la opinión de la gente es muy cambiante. 

13. He aprendido a amar y cuidar mi cuerpo. Y aunque no elegí mi piel, sí escojo la forma de cómo me siento al mirarme al espejo. Puede que me muera a destiempo pero eso no impide que cuide mi alimentación, que haga ejercicios y descanse apropiadamente. Porque esa es la forma de expresar cuánto me amo. He aprendido a cuidarme por dentro, a decirme palabras de reafirmación, a regalarme flores, invertir dinero en mi salud emocional, a cuidar mi vida espiritual y dedicar tiempo para el alma. Porque nadie me amará más que yo. 

14. No permitir que los demás hagan mi agenda, ni dirijan mis proyectos. Puede que suene muy mezquino y egoísta, pero la gente espera que te cases a cierta edad, que tengas los hijos en un momento determinado y que vivas conforme a sus paradigmas. He decidido que Dios guíe y haga mi agenda. Que todo sea cuando él quiera, con quien él quiera, como él quiera y donde él quiera. 

15. He aprendido a hacer el bien sin mirar a quién y sin esperar nada a cambio. 

16. Con dulzura y amabilidad se consigue más que usando la fuerza.

17. En vez de quejarme por lo que no tengo, agradecer por lo que he recibido y aprovechar las dificultades como un trampolín para alcanzar el éxito. He aprendido a vivir sin prisas ni pausas. Porque como me enseñó mi amiga Anabel: “No hay que correr para conseguir las cosas”. 

18. Que todo es cuestión de actitud. No es el talento ni la inteligencia, es la disciplina y la perseverancia. 

19. Pedir ayuda cuando no s­­é hacer algo. 

20. De todos se puede aprender una importante lección, no importa cuán insignificante aparente ser. En lo pequeño está lo verdaderamente grande. 

21. El amor es sufrido, no hace nada indebido, todo lo espera y soporta. Pero hay que saber amar sin que duela. 

22. He aprendido a contentarme cualquier sea mi situación: en una OMSA a las 5 de la tarde o en la torre Eiffel comiendo tarta de frutas. 

23. He aprendido a exigir mis derechos, a luchar por los que no tienen voz, a buscar la justicia y la misericordia más que la igualdad. He entendido que nunca seré igual a un hombre, pero eso no significa que no se me trate con la misma dignidad. 

24. He decidido amar y correr el riesgo. Lo he intentado, aunque aún no haya encontrado a la persona indicada, y lo seguiré intentado hasta hallarla. No perderé la esperanza. He aprendido que uno quiere a los objetos pero ama a las personas y por eso no temo decir o escribir un te amo.

25. Todo es pasajero, nada ni nadie es eterno, solo Dios. 

El 5 de febrero espero recibir muchas llamadas y mensajes de felicitaciones, también estoy segura que recibiré algunos reglaos y notitas de afecto. Pero el mejor regalo que he recibido es el amor de Dios, su gracia, su misericordia, un nuevo día y una nueva oportunidad para empezar.