Con cada avance tecnológico, nuestro mundo en vez de avanzar pareciera retroceder.
Vivimos en una sociedad snap donde todo es trivial, pasajero y momentáneo.

Nos encontramos en la era de la posverdad y las fake news donde muchos dicen estar informados, cuando en realidad están mal informados. En la época donde nos enteramos al instante de lo que ocurre del otro lado del mundo pero cada vez sabemos menos de nuestro vecino.
En una sociedad donde quienes más dinero ganan son los artistas y los deportistas, no los médicos, bomberos ni maestros; los héroes son figuras del entretenimiento y la farándula.
Época de las redes sociales y la conectividad pero cada vez tenemos menos amigos íntimos. Era del hedonismo y narcisismo manifestado a través del selfie.
En una sociedad que hace culto al ego. Donde lo que no se publica no existe. El Homo Sapiens se ha convertido en Homo Videns, producto de una sociedad teledirigida.
Vivimos en una época de liquidez en los valores, donde la mayor aspiración de un estudiante es aprobar la asignatura y muchos presumen conseguir dinero fácilmente. Una sociedad donde el invitado es quien paga, que vende la idea de bajar de peso sin esfuerzo. Donde viajar, tener ropa nueva, muchos seguidores en las redes sociales y fotos atractivas es sinónimo de éxito; donde todos somos celebridad en las redes sociales. Una era donde está prohibido que los niños tengan cuentas en las redes sociales pero sus padres le crean un perfil como si fueran celebridades.
Sociedad que ha confundido el nombre con el título, que no sabe la diferencia entre ser y tener y no logra entender que los objetos son para poseerlos y las personas para amarlas.
Una sociedad que se deja dominar por las posesiones, donde la gente se mercadea, como si fuese un producto y se preocupa más por el qué dirán que por quién es.
En nuestra era muchos son espirituales pero pocos están comprometidos a vivir conforme a lo que creen. Donde predicamos más de nosotros que de Cristo.
Donde la aceptación se traduce en retuit, like y repost. Vivimos en la era donde verse bien es más importante que tener salud y muchos cuidan su alimentación por moda más que por conciencia. Y quienes protegen al planeta respetan más a la naturaleza que a la humanidad que lo habita.
Una sociedad que ha confundido el sexo con amor y el deseo con el compromiso. Donde la música cuenta la realidad social transmitiendo mensajes de violencia, libertinaje y drogas. Una sociedad donde se predica tolerancia pero reina la violencia y quienes exigen respeto quieren que acepten sus ideas a como dé lugar, sin respetar la libertad que tienen los demás de estar en desacuerdo.
Sociedad donde se invierte más dinero y tiempo elaborando una fiesta de bodas que preparándose para el matrimonio. Donde se presume la idiotez.
Vivimos en una época donde la felicidad es directamente proporcional al filtro de la fotografía, donde la búsqueda del bienestar se ha visto opacada por las apariencias. Donde tenemos a una persona en nuestras redes como “amigo”, pero ni siquiera nos atrevemos a saludarle cara a cara.
Y mi octogenaria abuela dice que todo irá de mal en peor. Pero me consuelo al saber que quienes aceptaron a Jesucristo en su vida “no se conforman a este mundo, sino que son transformados por medio de la renovación de su entendimiento”. (Romanos 12:2)
A veces me debato en si compadecer o condenar esta generación. Dios me ayude a mantener la actitud de Cristo y trabajar por la transformación de mi entorno.
ResponderEliminarUfff,no se diga más...
ResponderEliminarUna realidad s repensar día a día, única forma de crear estrategias para enfrentar este sistema de cosas.
ResponderEliminarCiertamente la vida vida se a convertido en una apariencia y todo lo que sea hace tiene que estar de moda. Los amigos son virtuales no reales que triste esta realidad que vivimos, solo Dios que nos ayude...
ResponderEliminarCuantas verdades en un solo escrito.
😔 Triste realidad
ResponderEliminarExcelente como todo lo que escribes.
ResponderEliminarDios te bendiga muchísimo cada día más
Wow! Cuantas verdades.
ResponderEliminarEs bueno hacer autocrítica para no desviarse de las metas vitales y el camino de los valores que deben primar siempre. Buenísima tu prosa Laura, como es de esperar de esa observadora periodista que llevas dentro. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarDios nos ayude a mantenernos aunque sea un poquito apegados a las sendas antiguas, sobre todo porque aquellos tiempos nos permitian vivr mas cerca de las personas que nos rodeaban
ResponderEliminarDios te siga bendiciendo grandemente.
ResponderEliminarUn abrazo
Con 3 personas mas que piensen como piensas Tu , el mundo seria mejor
ResponderEliminarEsto no retumbara en el mundo entero por la simple razon de ser muy bueno y sanar el alma
😘
Brillante Articulo !!
ResponderEliminarMuchas verdades ,mucho rigor editorial