sábado, 5 de abril de 2025

Un amigo de verdad

Recuerdo que cuando comenzó la fiebre de Facebook se me hacía tan extraño aceptar solicitudes de amistad, porque me tomaba 
muy literal el término. Con el tiempo fui entendiendo que aceptar una solicitud de un simple conocido no lo convertía en un amigo solo porque Facebook lo llamara así. 

Esto me hace pensar muchísimo en mi relación con Jesús. Una de las expresiones que Cristo usó para referirse a sus discípulos fue precisamente “amigos” (Juan 15:15). 

Jesús nos ofrece una amistad muy distinta a la amistad humana: la relación de amistad que desea tener con nosotros es tan íntima, sólida y profunda como su propio corazón. 
Anhela con vehemencia camina a nuestro lado, desea estrechar lazos de compañerismo recíproco. Le duele cuando lo olvidamos, cuando nos alejamos o desconfiamos de que su profundo amor.  

Su amistad sobrepasa los límites de la comprensión: mientras nosotros nos alejamos de las relaciones tóxicas, de cuya conducta amigos es reprochable; en cambio, Jesús es amigo de los pecadores (Marcos 2:16), su amor hacia nosotros no se debilita dependiendo de cuán inmundos, infieles o volubles seamos. 

Jesús está llamando a la puerta de tu corazón porque desea tener una relación de íntima confianza contigo (Apocalipsis 3:20). ¿Le dejarás entrar?