Probablemente para ti un nuevo año es tan solo un cambio de fecha en el calendario. Tal vez hace tiempo dejaste de hacer resoluciones de año nuevo porque a mitad de enero perdías la motivación y abandonabas tus nuevos proyectos.
Cierto, no ocurre nada mágico ni especial entre el 31 de diciembre y el 1 de enero. Sin embargo, la finalización de una vuelta completa que nuestro planeta Tierra da por el Sol podría ser una excelente razón para reiniciar nuestra vida con más y mejores motivaciones.
- Reiniciar nuestro caminar con Dios.
- Reiniciar proyectos personales y profesionales.
- Reiniciar relaciones, especialmente aquellas que han estado olvidadas o dañadas.
- Reiniciar nuestra fe.
- Reiniciar nuestro ánimo.
Dios mismo ha prometido volver a empezar una obra especial de transformación en nuestro corazón: “He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a la luz; ¿No la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto y ríos en la soledad” (Isaías 43:19).
Cada día que Dios nos regala es una oportunidad para empezar de nuevo, ya que “sus misericordias son nuevas cada mañana” (Lamentaciones 3:23). Por esto, al empezar un nuevo año quiero animarte a renovar tu pacto con Dios, a pedirle que ponga en ti un corazón nuevo (Salmo 51:10), ya que cumpla sus propósitos en tu vida (Salmo 138:8).
Si estás cansado de hacer promesas huecas, de proponerte ambiciosas metas y no cumplirlas, Dios ha prometido renovar tus fuerzas (Isaías 40: 28-31).
Pon tus planes en manos de Dios, encomiéndale tu camino, pídele nuevas fuerzas e inicia este año agradeciendo por lo recibido y mirando con optimismo el por venir.
